Anora: todo lo contrario a un cuento de princesas
- Javier Rubio de Frutos
- 28 feb
- 4 Min. de lectura
Una película vibrante, excitante, con toques de humor, pero en la que también encontramos crueldad. Una obra demoledora y con mensajes que representan acertadamente la dura vida de la prostitución; así es la nueva película de Sean Baker, que podría describirse como todo lo contrario a una historia de princesas de Disney.

El director estadounidense, Sean Baker, estrenaba en octubre de 2024 su octava película con el título de Anora (2024), que fue presentada en el Festival de Cine de Cannes en mayo de 2024 donde se la otorgó la Palma de Oro a mejor película, junto con una ovación de diez minutos, lo que ya creaba una expectación formidable. La crítica fue sublime por la obra de este director tan prometedor, el cual ya venía pisando fuerte en la industria con películas como The Florida Project (2017) o Red Rocket (2021). En su octava entrega nos presenta este emocionante romance moderno, junto con toques de comedia y drama, que crea una mezcla perfecta que se ha convertido en una de las mejores películas de todo 2024. Esto se ha visto reflejado en las numerosas nominaciones de las diferentes galas celebradas en estos últimos meses y ya se ha postulado como una de las favoritas para los Oscars.
Entre todas las ceremonias ya celebradas antes de los esperados Oscars del 2 de marzo, (donde la película está nominada a seis estatuillas, entre las que destacan “Mejor película”, “Mejor actriz principal” y “Mejor dirección”) la obra de Sean Baker viene cosechando numerosas nominaciones y premios, entre los más destacadas los Globos de Oro, donde tuvo cinco nominaciones, aunque ningún premio. En las ceremonias del Sindicato de Guionistas (WGA), se llevó el premio a “Mejor guion original”, igual que en la ceremonia del Sindicato de Productores (PGA), donde se consagró como la “Mejor película del año”, premio que repitió en la gala de los 30 Critics Choice Awards. Ya recientemente en los Premios BAFTA, dieron a la película americana dos premios de siete nominaciones: “Mejor casting” y el merecido premio de “Mejor actriz” para la destaca actuación de Mikey Madison; lo que pone dudas a semanas de los Oscars, de quién obtendrá la estatuilla a “Mejor actriz”, donde Demi Moore por The Substance (2024) parte como favorita.
Anora (2024) recoge la idea de la prostituta que encuentra el amor por primera vez y huye de su antigua vida. Pese a la influencia de películas como Pretty Woman (1990) o La Cenicienta (1950), Anora es todo lo contrario. Si bien es cierto que utiliza ese estilo durante la mayor parte de la película, con un amor que parece sacado de un cuento de hadas, una iluminación colorida y apasionante que representa la vida de Ani (la protagonista); luego nos damos cuenta que Anora, es una crítica a la dura vida de las mujeres que ejercen la prostitución y que son tratadas como objetos. Eso se va observando en la segunda parte de la película, con tonos más grises y oscuros en la iluminación, al igual que un ritmo más pausado, al contrario de la primera parte que es más dinámico y apresurado.
Ani, la protagonista, es una joven prostituta de Booklyn que por cuestión del destino conoce al hijo de un millonario oligarca ruso, conocido como Vanya, y es cautivada por su estilo de vida, hasta el punto de enamorarse por primera vez y casarse con él en un momento de euforia y emoción. Hasta que ese cuento de princesas montado en la cabeza de la protagonista toma un giro dramático cuando el matrimonio tiene que ser anulado.
Ani entonces es tratada como una carga para los padres de Vanya, ya que una mujer de ese estilo crea una mala imagen para la familia.
El mensaje más importante de la película es la representación del humano como objeto y no como ser vivo. Mikey Madison, la actriz que interpreta a la protagonista, (y que la pudimos ver en películas como Érase una vez en… Hollywood (2019) de Quentin Tarantino) realiza uno de los mejores papeles de todo el año en la industria cinematográfica, representando a la perfección todos los sentimientos del personaje a lo largo de la película; cómo es capaz de, en la primera mitad, hacer sentir esa felicidad y emoción de una persona a la hora de enamorarse, sentirse persona y querida por primera vez; y del mismo modo transmitir esa furia y desesperación en los momentos críticos de la película para terminar enseñando a la audiencia los momentos más bajos a los que puede llegar el ser humano. Ani muestra unos sentimientos de decepción y tristeza, al ver que desde el principio y hasta el final de la obra, ella ha sido un objeto más de la vida de un niño mimado, y esa ilusión que ella iba desarrollando a lo largo de la trama, iba a desvanecerse en el tramo final de la película, al observar que su vida no es más que una condena a ser un objeto sexual de por vida. Todo este mensaje viene expuesto y resumido perfectamente, de una manera brillante por parte de Sean Baker, en la última escena del filme. Crea una escena dolorosa y desoladora, donde Ani confirma la idea de que no es más que un objeto material y que nunca nadie la ha amado realmente, lanzando un mensaje triste, pero de fortaleza; confirmando que la vida y el amor no es como en los cuentos de princesas.
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