Esclavos voluntarios
- Ignacio Prieto Muñoz
- 23 nov 2024
- 5 Min. de lectura
¿Puede extrañar que la prisión se asemeje a las fábricas, a las escuelas, a los cuarteles, a los hospitales, los cuales, a su vez, se asemejan a las prisiones?
-Michel Foucault
Se suele decir que cada época, al igual que un organismo, tiene sus correspondientes enfermedades. Las mentes más brillantes de nuestro siglo, aún siguen tratando de deliberar un diagnostico congruente de las patologías de nuestra sociedad actual a la que el filósofo y ensayista surcoreano Byung-Chul Han denomina La sociedad del cansancio.

Byung-Chul Han afirma, que los problemas de esta generación, más que físicos o visibles, son puramente neuronales. Lo vemos claramente en la proliferación de diagnósticos de enfermedades como la depresión, el trastorno de déficit de atención (TDA) o la ansiedad. Si bien es cierto que cada vez tenemos más herramientas para detectar este tipo de trastornos, estas se han ido teniendo cada vez más en cuenta al multiplicarse los casos. El ensayista surcoreano atribuye las causas de estas patologías sociales al binomio entre el exceso de la positividad y la negación de la propia negatividad.
«La nueva fórmula de dominación es «sé feliz». La positividad de la felicidad desbanca a la negatividad del dolor. Como capital emocional positivo, la felicidad debe proporcionar una ininterrumpida capacidad de rendimiento. (…) El sometido ni siquiera es consciente de su sometimiento. Se figura que es muy libre. Sin necesidad de que lo obliguen desde afuera, se explota voluntariamente a sí mismo creyendo que se está́ realizando. La libertad no se reprime, sino que se explota. El imperativo de ser feliz genera una presión que es más devastadora que el imperativo de ser obediente.» (La sociedad paliativa, 2021)
Para hablar de esta concepción del individuo como sujeto de rendimiento, antes analiza la transición desde la sociedad disciplinaria de la que nos habla Michel Foucault a la sociedad del rendimiento propia de este siglo.
La Sociedad disciplinaria (Michel Foucault)
La idea de Foucault se basa en una teoría del Dr. Nikolaus Heinrich Julius, uno de los padres de la reforma del sistema penitenciario y considerado el fundador de la propia ciencia penitenciara. Julius argumentaba que en la antigüedad se trataba de hacer accesible a una multitud de personas un pequeño número de individuos, por ejemplo, el Rey, quien era mostrado constantemente ante todos. Esto era conocido como la sociedad del espectáculo. De aquí, y por una cuestión de lograr un poder más global y organizado, se creó la sociedad de la vigilancia. En esta, se invierte el concepto haciendo que un pequeño número de individuos posea las herramientas suficiente para observar inmediatamente a una multitud, lo que acabaría en el concepto del conocido panóptico de Foucault.
Esta sociedad de la vigilancia, se sirve de varias situaciones de necesidad social para su creación y para la acumulación de poder a raíz del miedo. Gracias a tragedias reales o falsas, las clases populares irán cediendo voluntariamente sus libertades a cambio de una sensación de seguridad por parte de las instituciones. Para esto (representando la idea de panóptico), mediante el desarrollo del capitalismo y el aumento progresivo de la población, los estados comienzan a crear instituciones que aseguren a los propios estados esa vigilancia permanente de la población. Un buen ejemplo de ello es la policía.
«El poder policíaco constituye una pieza fundamental de la Sociedad Disciplinaria: “es un aparato que debe ser coextensivo al cuerpo social entero y no sólo por los límites extremos que alcanza, sin por la minucia de los detalles de que se ocupa.” (p. 216). A diferencia de otros organismos estatales, la policía se ocupa de lo elemental, de lo pasajero, del rumor. Registra, “a diferencia de los métodos de la escritura judicial o administrativa, (…) [las] conductas, actitudes, virtualidades, sospechas – una toma en cuenta permanente del comportamiento de los individuos.”» (p. 217).
Foucault considera que, llegados a este punto, se ha dado una transición de la sociedad del espectáculo hacia la sociedad de la vigilancia como un reflejo de la transición del feudalismo al capitalismo. Esta nueva sociedad disciplinaria estará caracterizada por la dinámica del castigo y la recompensa, la prohibición y la vigilancia. Es la sociedad de los hospitales, los psiquiátricos, los cuarteles, las fábricas y, sobre todo, las cárceles. La cárcel, que siempre ha existido pero ahora se reforma, pasa a ser uno de los grandes pilares sobre los que se estructuran los tejidos sociales. Es a esta dinámica de prohibición a la que se refiere Byung-Chul Han cuando habla del concepto de negatividad.
El paso a la Sociedad del rendimiento (S. XXI)
Es ya en el Siglo XXI cuando nos presentamos ante un nuevo horizonte, una nueva sociedad conformada por distintas reglas. El filósofo surcoreano, considera que ante el desarrollo incontrolable del capitalismo, esa negatividad que actuaba como pegamento de las relaciones y conductas sociales, se ha ido transformando en positividad, en poder hacer, hasta llegar al exceso. Ha habido una transición de la sociedad disciplinaria a la sociedad del rendimiento en la que los individuos se auto perciben como emprendedores de su propio destino.
Esta nueva sociedad se caracteriza por la creación masiva de gimnasios, torres de oficinas, conglomerados bancarios y grandes supermercados. La dinámica institucional deja entonces de ser la del castigo y la recompensa para ser la de la maximización de la productividad. Esta tiranía del poder hacer nos convierte esencialmente en sujetos de rendimiento, explotadores de nosotros mismos bajo premisas de emprendimiento y falsa libertad. Al ser atomizados de esta menara, tenemos la percepción de estar en una larga carrera en la que competimos todos contra todos olvidando los valores de comunidad y solidaridad sobre los que se cimenta la empatía humana. Y sin estos, sin el amparo del otro, nos encontramos más indefensos ante las vicisitudes de nuestra existencia y las desigualdades sociales.
Y esto se manifiesta claramente en el auge de los trastornos neuronales que mencionábamos al principio. Tanto la depresión como la ansiedad, responden a estas transformaciones sociales que se han ido dando conforme al desarrollo de la posmodernidad y el capitalismo. Las distintas soluciones que se dan por parte de las instituciones para atajar este problema, tienen más que ver con poner una tirita en la herida que con dar puntos de sutura.
La consecuencia más visible es una sociedad hipermedicalizada a la que se atiborra de pastillas, que no es capaz de asumir su propia realidad y trata de alejarse de ella. Aquí es también donde entra la industria del entretenimiento vacío, que es básicamente una droga socialmente aceptada. Los antidepresivos y los ansiolíticos suponen una salida rápida a problemas complejos, una evasión de un problema que se va haciendo cada vez más grande y que está creando una sociedad cada vez más y más enferma.

La sobreexposición a los estímulos constantes que nos ha traído bajo el brazo la digitalización, también es una de las grandes contribuyentes a esa falsa percepción de felicidad que nos mantiene alienados. El entretenimiento vacío y los discursos neoestoicistas (sé tu mejor versión) que nos llevan a una búsqueda incesante del placer más fútil basado en lo material (dinero, éxito...), no son más que el diagnóstico de una sociedad de esclavos voluntarios, atormentados e infelices que creen ser justamente lo contrario.
A la tristeza, igual que a la negatividad, también se le ha declarado la guerra en la nueva sociedad del rendimiento. La nueva fórmula de dominación es sé feliz. Es una ecuación simple: si queremos gente productiva necesitamos gente feliz. No hay tiempo para la tristeza o la melancolía (sentimientos que llevan a la inacción). Pero en un mundo en el que no hay tiempo para la tristeza, no cabe espacio para la felicidad. «Vive el momento», «viaja», «conoce a gente», «conócete a ti mismo y saca tu mejor versión». Todo se vuelve más accesible, todo pierde valor. También la felicidad.
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