Georgia: un pequeño en medio de dos gigantes
- Pablo Xurde Merino
- 8 dic 2024
- 4 Min. de lectura
El país georgiano se encuentra sumido en un contexto de crispación y violencia tras unas cuestionadas elecciones y el abandono del nuevo gobierno de las conversaciones para formar parte de la Unión Europea y la OTAN

Tras las elecciones del pasado 26 de octubre, el país del cáucaso se encuentra social y políticamente dividido. Las negociaciones con la Unión Europea para la anexión del país han quedado congeladas hasta 2028 por parte del gobierno del primer ministro Irakli Kobakhidze, líder de Sueño Georgiano, que defiende una política de equilibrio entre Occidente y Rusia. Con la polémica servida por supuesto fraude electoral, Salomé Zourabichvili, la presidenta saliente y proeuropea, que llegó al poder apoyada por el partido de Kobakhidze, ha afirmado que no abandonará su puesto hasta que se repitan elecciones legítimas. Por su parte, el Parlamento Europeo ha anunciado que las elecciones deben volver a llevarse a cabo bajo supervisión internacional, como puede leerse en esta nota de prensa.
En el sistema político georgiano la presidencia (jefatura del Estado) es bastante ceremonial y simbólica y la capacidad real de toma de decisiones depende del parlamento y el Congreso; ambos dominados por Sueño Georgiano desde 2012. Aún así, la postura política de Zourabichvili puede tener una gran relevancia en el panorama internacional, pero también puede servir para alargar el conflicto y hacerlo más violento.
En las últimas semanas, la suspensión de las conversaciones con la UE hasta 2028, pese a que el diciembre pasado se considerase oficial la candidatura del país para pasar a ser estado miembro, ha provocado sucesivas manifestaciones en Tbilisi. Unas protestas por parte de ciudadanos que están a favor de la anexión a la Unión Europea y de alejarse de la órbita rusa, según informa BBC News. Días y noches con episodios de violencia y represión que se han saldado con más de 300 opositores detenidos, entre ellos dos líderes de la oposición. Unas detenciones que, según el Ejecutivo, forman parte de una estrategia de defensa contra "un ataque directo al orden constitucional y en el que han estado implicados directamente grupos violentos".
El primer ministro declaró además estar “absolutamente decididos a neutralizar completamente a la oposición radical" que socava el orden constitucional y ha tildado al movimiento opositor como una “ola de fascismo liberal", como informa Europa Press. Respecto a la presidenta georgiana, Salomé Zourabichvili, el primer ministro ha repetido que “le quedan tres viernes en el cargo” y que “ha estado directamente involucrada en una campaña de desinformación; directamente involucrada en una campaña contra los intereses nacionales de Georgia y directamente involucrada en esta campaña de fascismo liberal”.
Con todo, Irakli Kobakhidze ha afirmado que está dispuesto a defender la transparencia de su gobierno ante medios de comunicación internacionales para frenar “la avalancha de información errónea que se está divulgando contra Georgia y sus intereses nacionales”. Mientras tanto, parece que los acercamientos a Rusia seguirán siendo parte fundamental de su política. Con la sociedad cada vez más polarizada y la comunidad internacional en su contra, solo queda ver cómo evoluciona el panorama y las constantes protestas sociales en el país. Porque si algo queda claro es que la cuestión es más importante que unas elecciones probablemente apañadas; la geopolítica y el tejido de alianzas y posibles futuros definirán el devenir del conflicto.
¿Una “operación especial rusa"?
Salomé Zourabichvili denominó las elecciones de octubre como una “operación especial rusa”. Pero, ¿cómo ha podido influir el Kremlin en Tbilisi?
Partiendo de la historia georgiana como antigua república soviética y de las tensiones entre ambos países en los primeros compases del siglo XXI por motivos territoriales, que desembocaron en una corta guerra en 2008, hay que tener en cuenta la enorme dependencia económica del pequeño país del Cáucaso respecto de la Federación Rusa. Georgia es, en términos económicos, lo que se conoce como un país satélite. La exportación de bienes georgianos a Rusia es significativa y su crecimiento en los últimos años lo demuestra, según un estudio de Transparency International Georgia.

En el sector energético es Rusia quien abastece Georgia de Gas Natural:

Pero es dependiente también en términos de turismo y otros sectores económicos. En el actual contexto internacional, Kobakhidze parece que pretende dar la mano a Moscú y garantizar un cierto orden en sus fronteras, postergando la posibilidad de anexionarse a la UE y a la OTAN, lo que provocaría otro cerco más al régimen de Putin que recuerda al cinturón de la OTAN en suelo ucraniano que tan fatal desenlace tuvo y está teniendo.
No parece, sin embargo, una “operación especial rusa”. Es más bien un tira y afloja entre Bruselas y Moscú que lleva años teniendo lugar y que, como de costumbre, ocurre en suelo fronterizo. Tbilisi es un patio de juegos y los georgianos se están cansando; ven en la UE una solución porque desean unos beneficios sociales que puede que lleguen, o no. Mientras tanto, Sueño Georgiano parece que apostará por lo malo conocido que lo bueno que puede llegar a conocer. Aunque para sus intereses políticos.
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