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Nosferatu: de leyenda folklórica a referente del expresionismo alemán

Actualizado: 20 dic 2024

Imagina por un segundo que eres un joven agente inmobiliario. Un día cualquiera bajas al salón, tomas tu café y te despides de tu mujer para comenzar la mañana. El frío es desolador, pero no tanto como el que sentirás posteriormente. Al llegar, tu jefe te propone una tarea nada fuera de lo normal, pues un cliente desea alquilar una casa en tu ciudad y debes ir a cerrar el trato. Los ojos se te agrandan cuando te agendan dirigirte a los Cárpatos, donde el conde Orlok, el cliente de tu jefe, te espera. Comienzas tu viaje, nunca antes sin hacer caso a las advertencias de los lugareños sobre la macabra presencia de tu nuevo cliente. Todo se vuelve negro. 


Es uno de los personajes del cine de terror más famosos de la historia moderna y este25 de diciembre se estrena en España una nueva película bajo el título de Nosferatu. Pero, ¿ha sido la primera proyección de carácter estético de un vampiro?

Nosferatu (Murnau, 1922)
Nosferatu (Murnau, 1922)

El 4 de marzo de 1922 veía por primera vez la luz:  Nosferatu: una sinfonía del horror. Una película hija del ingenio de su director, Friedrich Murnau. 


El film es una de las creaciones culminantes del expresionismo alemán en el cine mudo.  La representación de seres de la noche, mundos caóticos y la exploración del miedo profundo, son algunas de las bases de esta corriente estética. Los artistas y directores cinematográficos de la época se oponen firmemente al impresionismo vigente y trabajaban sobre una realidad subjetiva que explorase la locura, el miedo y el desarraigo.


El expresionismo se gestó en una época dura para Alemania, la Primera Guerra Mundial había dejado al país en un estado pésimo. Después fueron los años de la República de Weimar que se extendió a través de una época de inestabilidad y depresión social debido a las pérdidas en el frente, las crisis económicas y la presión del Tratado de Versalles. Es aquí donde Murnau, quien junto con otros cineastas, empieza a canalizar este pesimismo en las películas. Los alemanes comenzaron a fijarse en que Dinamarca hacía películas basadas en leyendas del folklore antiguo, y optaron por hacer algo parecido. Lo verdaderamente innovador que aporta Murnau al expresionismo alemán es decantarse por filmar en escenarios reales y no en artificiales o construidos, tal y como habían hecho algunos de sus coetáneos como Robert Wiene en El Gabinete del Doctor Caligari (1920). 


Nosferatu se convirtió en un clásico de terror, concebido y producido por miembros de una productora ocultista, llamada Prana Film. De hecho, los productores, junto al director, llevaron a cabo la creación de Nosferatu al observar en una reunión como una araña chupaba la sangre a sus víctimas para vaciarlas. La película está basada en la novela Drácula, de Bram Stocker, publicada 25 años antes. Al morir su escritor, fue su viuda, Florence Balcome, la que ordenó destruir todos los negativos de las copias de la película de Murnau. Una película que, por cierto, jamás llegó a ver. Pasaron los años y, a pesar de tener multitud de juicios ganados, Florence no pudo evitar que algunas copias clandestinas quedasen guardadas y se acabasen convirtiendo en una película de culto.


La historia de Nosferatu


La historia transcurre en Wisborg, Alemania. Thomas Hutter, un agente inmobiliario recién casado,  es enviado a Transilvania por su empleador para cerrar un negocio con el Conde Orlok, un extraño noble que desea comprar una casa frente a la de Hutter. En el inquietante castillo de Orlok, Hutter descubre gradualmente que el conde es en realidad Nosferatu, un vampiro que se alimenta de sangre humana. Tras observar cómo Orlok prepara su traslado a Wisborg, llevando ataúdes llenos de tierra maldita, Hutter escapa del castillo y regresa a su hogar, mientras Orlok viaja en un barco dejando a su paso muerte y peste. Al llegar, Nosferatu desata el terror, mientras Ellen, la esposa de Hutter, siente una conexión mística con el vampiro y los horrores que se acercan. Ellen descubre en un libro que la única manera de destruir a Nosferatu es que una mujer pura se sacrifique atrayéndolo hasta el amanecer. Decidida a salvar su ciudad y a su esposo. 


¿Cómo es la figura estética del vampiro a lo largo de la historia?


En la Antigüedad


La utilización de la figura del vampiro no es algo que parta del cine o la literatura, sino que ahonda sus raíces en la tradición oral de Europa del este. Las criaturas infrahumanas que se alimentan de la sangre de los vivos ya eran relatadas en la Grecia y Roma. Un ejemplo son las estirges, seres voladores en forma de pájaro, muy parecidos a las gárgolas, que Ovidio definía en sus Fastos: 


"Existen aves, no sé si llamarlas aves,

son cuerpos de monstruos, que chillan en la noche

y buscan a los niños pequeños como su presa;

arrancan del pecho la leche y con ella la vida.

Tienen grandes cabezas, picos afilados,

y sus uñas son ganchos que agarran con fuerza;

sus alas están cubiertas de un gris ceniciento.

Se posan en las cunas de los infantes,

y sus víctimas inocentes paganos con su sangre”.

Ovidio, Fastos (12.dc)


Además, muchas culturas americanas aborígenes también contaban con esta superstición. 


Edad media: el mal y la enfermedad:


La primera oleada de vampirismo en el medievo europeo coincidió con las grandes epidemias. Había realmente varias causas para que este temor creciera hasta convertirse en prácticamente una ola que caló en toda Europa, entre ellos estuvo la presencia de enfermedades como la peste que, con la cantidad de contagiados y cadáveres que provocaba diariamente, difuminaba  la fina línea entre la vida y la muerte. Esta concepción de la enfermedad como mal espiritual es una de las claves de la película, pues Nosferatu sería un monstruo maligno que contamina la vida enfermándola. 


Pero,  ¿de dónde salen estas características estéticas de todos los vampiros? Muchas de ellas empiezan a gestarse aquí, en la era medieval y en su folklore.


La extracción de sangre, propia de muchos animales portadores de enfermedades como  las pulgas, y, sorpresa, los murciélagos, se relacionaba con la extracción del líquido de la vida. No es de extrañar que en la cultura popular se le otorgase esta cualidad a los vampiros, añadiéndoles su conversión al murciélago. Esta relación del vampirismo con la trasmisión de la enfermedad, se observa en que, cuando un vampiro muerde a una persona, tiene el poder de convertirlo en un ser como él. 


Murnau y su Nosferatu le dan una vuelta de tuerca al sentido de la sangre en la cristianidad. Cristo habría vertido su sangre para salvarnos y Nosferatu se alimenta de ella, estableciendo un paralelismo del mal sobre el bien. 


Estas características de la tradición europea las vemos en Nosferatu con el siguiente ejemplo que se da en la propia película: 

“Por la noche, Nosferatu hiere con sus garras a su víctima y le succiona la sangre, el brebaje vital diabólico” (Murnau, 1922)



La asociación con lo maligno vuelve a reflejarse en múltiples cualidades del vampiro


  1. Ellos, por su naturaleza demoníaca, no soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana o agua bendita


“De la semilla de Belial surgió el vampiro Nosferatu que, como tal, vive y se alimenta de la sangre de la humanidad” (Murnau, 1922)



  1. Inmortalidad: para la fé cristiana, la única manera de conseguir la vida eterna era sufriendo la “ira de dios” en la vida mortal. Los vampiros se saltan ese paso, pues son seres inmortales en un plano mortal. 


  1. Alergia al sol, la luz de la vida vs la oscuridad de la muerte: En la estética gótica del medievo el vampiro es la sombra del ser humano, el reflejo de esa parte que conscientemente queremos alejar de nuestro pensamiento. No es de extrañar pues, que hayamos desterrado al vampiro como un ser nocturno que no soporta la presencia de la luz.  


Nosferatu, quizá la palabra no te suene, como el grito nocturno de mal agüero. Pero guárdate de pronunciarla o las imágenes de la vida se desvanecerán en las sombras, sueños espectrales saldrán de tu corazón y se alimentarán de tu sangre. He reflexionado durante mucho tiempo sobre el principio y fin de la gran mortandad en mi ciudad natal, Wisborg. Aquí está su historia: vivían en Wisborg Hutter y su esposa Ellen”. (Murnau, 1922)



  • El ataúd y la tierra: Un vampiro, según comentó la propia productora de la película, es un cuerpo astral, lo único que queda de el como humano. Realmente su cuerpo físico ha desaparecido, ha muerto y ha sido enterrado en su ataúd, cuya tierra debe llevar consigo porque su cuerpo astral no se ha purificado, no se ha liberado de lo terrenal y no puede alejarse de los restos de su cuerpo físico. 


Edad moderna: siglos XVIII-XIX


Aunque las figuras de estos seres chupasangre se remontan a multitud de siglos atrás, no fue hasta el siglo XVIII donde experimentó una trasformación mucho mayor. 


El origen de esta transformación de nuestra concepción del vampiro podemos colocarla en 1816, año en que se da la conocida reunión entre Lord Byron, el matrimonio Shelley y John Polidori, creador del primer vampiro atractivo a la vez que peligroso, basado en Lord Byron: Lord Ruthven. Es en este cuento donde el vampiro adquiere ese aire aristócrata y sofisticado de un lord, que también nos hará pensar en lo que será el propio conde Drácula de Bram Stoker. 



Drácula vs Nosferatu


El folklore europeo, Polidori y Stocker, entre otros, ya se encargaron varias décadas antes de definir las particularidades estéticas de estos seres sobrenaturales. De hecho, en la propia película de Nosferatu, se nos presenta al jefe de Hutter como un conocedor profundo de las leyendas sobre vampiros, sabiendo por tanto cuales era las características estéticas comunes a estos seres: 


“Parece que la cercanía del mortífero Nosferatu ya dominaba al agente inmobiliario Knock en sus sombras” (Murnau, 1922)


Además, Hutter desde el principio va consultando "El libro del vampiro” una especie de manual que recopila conocimientos de las leyendas populares y que le ayudan a comprender mejor la situación que está sucediendo allí. 


Sin embargo y dada la polémica surgida entre la viuda de Stocker y Murnau, ¿en qué se diferencian estos dos vampiros desde un punto de vista estético?


  1. La imagen aristócrata: Murnau opta por modificar esa representación aristocrática del vampiro de Stoker. En lugar de ser ese galán hipnotizante, hallamos un vampiro que tiene más similitudes con un ser enfermo que con un ser inmortal. En este contexto, Nosferatu representa la analogía de la enfermedad, la peste que traerá consigo cuando llegue. Murnau nos muestra un ser encorvado, totalmente pálido y sin cabello, con una nariz aguileña y garras largas (debido a que en la tradición de Europa del este consideraban como algo maligno a un muerto que le crecían las uñas, todo se relacionaba con un desafío al poder de Dios intentar revivir)


  1. Vuelta a la relación con la peste: justamente la peste es el concepto central que permee toda la película. Murnau prescinde de la romantización del vampiro en la literatura y retoma esa percepción del mismo como origen de epidemias y enfermedades enraizadas en el antiguo folklore. Una adaptación que podemos ver a partir de las siguientes imágenes:


  1. Ellen abraza las flores blancas: unas flores blancas que han sido cortadas, sacrificadas para que ella pueda poseerlas. simbolismo de pureza, al igual que de muerte. En toda la escena se percibe exactamente la pureza sacrificada, observamos las flores blancas y muertas mientras nos percatamos de que la propia caracterización y maquillaje de Ellen le confiere una apariencia pálida y cadavérica, convergiendo al sacrificio final de ella misma en beneficio de los demás.


  1. Nadie escapa de su destino: Cuando hutter se encuentra con su profesor este le dice ¡Nadie escapa de su destino! Algo que desde el comienzo nos revela la ineludibilidad, la fatalidad de un destino inalterable.


  • Relación entre mujer y vampiro: Observamos la dualidad de Ellen. Desde el primer instante establece su vínculo mental con Nosferatu extendiendo sus brazos implorando hacia alguien que no está presente.


Nosferatu, ubicado a la izquierda de la pantalla se desplaza hacia la derecha como si percibiera la llamada de alguien que tampoco está allí. Ellen se encuentra atada al conde, llamando al vampiro y ofreciendo su vida en cambio de la de su esposo. 


Por tanto, a diferencia de Drácula, Nosferatu no tiene un interés romántico más allá de alimentarse, es un ser brutal que juega con las sombras, las formas puntiagudas, muy propias del expresionismo alemán.


Aquí es importante mencionar la presencia de la música en la película, pues es capaz de crear un ambiente de tensión constante, presenciando que algo malo se avecina. 


Por tanto, podemos afirmar que Nosferatu no constituye la primera representación estética del vampiro en sentido estricto. Su origen se encuentra en las leyendas y el folklore europeo, donde el vampirismo se asocia con enfermedades, demonios y plagas, una conexión que Murnau recupera en su obra. A diferencia del Drácula de Bram Stoker, que a su vez se inspira en el Lord Ruthven de Polidori, un noble elegante y misterioso, Nosferatu retoma la esencia más legendaria y arcaica de la figura vampírica. Murnau transforma al vampiro en un ser monstruoso, casi completamente desprovisto de humanidad. Mientras que el Drácula de Stoker combina lo humano con lo sobrenatural, la figura de Orlok encarna la pura amenaza: un ser diabólico portador de epidemias, evocando las antiguas concepciones medievales de la plaga como una fuerza maligna. Este enfoque desvía al vampiro de su caracterización como un aristócrata seductor y lo reimagina como una figura apocalíptica y primigenia. Según el propio Murnau: “Nosferatu es una figura de leyenda que ha entrado en los relatos populares. Significa algo así como ‘el que trae la muerte’, la muerte misma”


A pesar de no ser la primera representación cinematográfica del vampiro, se ha convertido en una de las imágenes más icónicas de este ser de la noche. Su impacto radica precisamente en esta vuelta a los orígenes del mito; una reconstrucción estética que realza su dimensión terrorífica y simbólica, consolidándose como una de las representaciones más influyentes en la cultura popular.  








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